El molino Alto de Santa Ana de Valdepeñas de Jaén: un molino en funcionamiento

Tiene su origen en la primera mitad del siglo XVI y desde entonces ha estado en funcionamiento hasta el último cuarto del siglo XX, cuando cierra definitivamente tras su imposibilidad de competir en un mundo, el de la molienda, altamente tecnificado e industrializado a lo largo de ese siglo. La toma de conciencia de su interés por medio del gobierno regional andaluz, reconociendo su valor patrimonial por medio de su protección, junto al dinamismo de una asociación local lo conducen a su restauración bajo el programa PRODER.

Su restauración, unida a la posibilidad de ser puesto en marcha en el presente, lo convierte en una de las mejores oportunidades para disfrutar del espectáculo que despliega el funcionamiento de una maquinaria eficaz, que bajo las perspectiva medioambiental se convierte en un ejemplo de integración de la tecnología en el territorio. A ello se suma el enorme valor patrimonial de disponer de la visita guíada con uno de sus últimos propietarios, conocedor y testigo de la riqueza que ha atesorado esta actividad de la molienda tradicional.

Situado en la parte baja del núcleo urbano de Valdepañas de Jaén, junto al río de la Ranera, es un bello edificio de arquitectura tradicional de tres plantas, donde se realizaban tanto las labores propias del molino como de vivienda de la familia del molinero. La planta baja estaba dedicada a la zona de molienda, con dos muelas  que son movidas por ruedas horizontales (rodeznos) que a su vez son impulsadas por la fuerza del agua en un espectacular momento que puede aún contemplarse. En la segunda planta se desarrollaban las labores de cribado de la harina

 

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